La igualdad de derechos y obligaciones está plasmada en casi todas las constituciones de los países y estados del mundo, sin embargo, la mujer sigue siendo objeto de discriminación al no tener los mismos derechos y beneficios que los hombres.
“La igualdad de género no implica que vayan a desaparecer las diferencias entre hombres y mujeres, sino que hace referencia a un tratamiento equitativo para ambos grupos en las leyes y las políticas, e igual acceso a los recursos y los servicios para las familias, las comunidades y la sociedad en general” (GEF. 2009. Pág. 3)
Este enfoque del FMAM rescata el conocimiento de las mujeres como administradoras primarias de la tierra y los recursos, por lo que la incorporación de los temas de género en proyectos de desarrollo debe ser un factor fundamental para encaminar un proyecto que tenga beneficiarios tanto a mujeres como hombres de forma igualitaria, para no provocar efectos negativos en el bienestar de los hogares de las familias beneficiarias, siempre se debe mantener un equilibrio en el enfoque de género para que tanto los hombre como mujeres de las comunidades no se sientan afectados negativamente por su género.
Uno los objetivos de desarrollo del milenio es crear vínculos de igualdad de género esto significa que debemos promover la igualdad entre ambos sexos ya que las comunidades viven y se desarrollan en un medio ambiente de armonía y correspondencia.
“Debido a las relaciones de género actualmente vigentes en la sociedad boliviana, las cuales asignan a las mujeres la responsabilidad del cuidado en el seno de las familias y de las comunidades, las modalidades de inserción laboral de las mujeres dependen de las alternativas de conciliación de las actividades de cuidado, las cuales se estructuran a partir de la distribución del trabajo de cuidado al interior de las familias y de la existencia y accesibilidad de servicios públicos (estatales y no estatales) y privados de atención a niños y ancianos” (Wanderley. 2003. Pág. 148).
La realidad boliviana está marcada siempre por dos aspectos que no se pueden separar, las mujeres que viven en las ciudades y las mujeres que viven en el campo. Si bien no tendría que existir diferencias en cuanto a salud, educación la situación de la mujer indígena que vive en el área rural es mucho más precaria y restringida en estos aspectos, incluso en la mayoría de los casos no se le permite asistir a la escuela y recibir instrucción básica, por lo que sus padres son los primeros en marginarlas y segregarlas.
Si bien las oportunidades son mayores para las mujeres que viven en áreas urbanas, existe también poco acceso a la salud y educación, la pobreza es un factor de predomina en nuestro país por lo que la necesidad de las mujeres que migran de las áreas rurales y de las que han nacido en las áreas urbanas, se ven directamente relacionadas con el trabajo doméstico para familias que pueden pagar estos servicios. Sin embargo esto no significa que su trabajo sea remunerado acorde a sus necesidades y tampoco significa que mejoren su calidad de vida, en muchos casos son simples sobrevivientes a un medio hostil que está acostumbrado a utilizar su viveza criolla como escudo para su propio beneficio.
La explotación laboral y las posibilidades de que además de trabajar estudien y se superen profesionalmente son realmente bajas, entonces se mantienen en estos niveles salariales, no son dignas de enfermarse porque carecen de seguro médico, no tienen beneficios sociales. Sus vidas se reducen a cuidar a sus hijos y atender a los hijos de otros sin reconocimiento y agradecimiento alguno.
El futuro de estas mujeres y de su descendencia está en nuestras manos manejar los proyectos de desarrollo y las políticas de nuestro país con enfoque de género debe ser la tarea más importante de nuestras vidas, la igualdad de género es un problema del pasado que ha dejado secuelas y se debe luchar por eliminar estas injusticias y borrar de la mentalidad de las personas que las mujeres cumplen un rol solo de amas de casa y de procreadoras en nuestra sociedad.
Bibliografía
GEF. (2009). Incorporación de las cuestiones de género en el FMAM. Washington, EEUU: Fondo para el Medio Ambiente Mundial.
Wanderley, F. (2008). Género y desafíos post-neoliberales. Género, etnicidad y trabajo en Bolivia. Revista Umbrales No. 18. La Paz, Bolivia: Plural editores CIDES – UMSA.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario